“Quien ha visto la Esperanza, no la
olvida. La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres. Y sueña que
un día va a encontrarla de nuevo, no sabe dónde, acaso entre los suyos. En cada
hombre late la posibilidad de ser o más exactamente, de volver a ser, otro hombre.”- Octavio Paz
Hoy me desperté con Esperanza,
algún día la sentí, algún día la tuve, se cómo se siente, se cómo se vive con
Esperanza, y hoy volví a tenerla. Ya
llevaba un tiempo sin sentirla, viviendo por sobrevivir, como lo hacen muchos,
perdida en la inmensidad de las dificultades, ayudando a otros a recobrarla y
viendo como se me escapaba lentamente.
Escucho mucho decir a los
posmodernos que la incertidumbre es genial, pero pienso que no siempre, no si
la incertidumbre genera algo más que inseguridad, si amenaza tu vida, tu
espacio vital, si de pronto te lleva al punto del dolor más profundo y te hace
perder por momentos la razón.
Así me sentí cuando no tenía un
diagnóstico, total incertidumbre, total inseguridad, cuando acudí al seguro
social para mis pruebas y me dijeron que en un transcurso de tres meses tenían
los resultados por que los análisis eran subrogados, y tuve que acudir a un
particular, porque en tres meses podría morir sin saber siquiera por qué y sin
la más remota posibilidad; y entonces apareció
el diagnostico; LUPUS; vivir con la posibilidad certera de la muerte como
compañera no es tan fácil, todos logran sobrevivir porque nadie es consciente
de su mortalidad, pero cuando te dicen que esto es posible, la vida se torna
totalmente diferente. Para alguien como
yo esto definitivamente fue un balde de agua fría. Y de ahí aprendí que la vida más que
planearla se construye y es justo con cada pieza que surge que puedo formar lo
que yo mas desee.
Mas que incertidumbre, para mí la
vida es un imprevisto, y son justo los imprevistos los que salvan la
existencia, no la incertidumbre, la incertidumbre para mi es duda, inseguridad,
y la realidad es que yo no dudo de lo que me sucede, lo tengo más claro que
nunca, tengo la certeza de lo que la vida me ha planteado desde que fui
diagnosticada, desde que asumí ser psicóloga, ser madre, ser esposa, y tener un
instituto, lo que no contaba era con todos los imprevistos que esto
sobrellevaba, y que surgen sin parar y para los cuales a veces creo no estar
preparada.
Y es que los imprevistos no sé
si deben vencerse o más bien deben vivirse, plantearse, resolverse, asumirse… y
hacerlo siempre acompañados de una certeza, hace unos días le decía a mi hermana que pareciera que todo me
mandaba señales de cerrar el instituto y buscarme un empleo antes de que me
hiciera más vieja, y me dijo que para nada, que cómo me atrevía a pensar eso,
que definitivamente el instituto debía continuar, que era más que obvio que
resultaba, que era necesario y que lo hace mas verdadero justamente que yo lo
creo, y pensaba que lo que ha hecho que Hypatia AC funcione es que cada paso
que doy lo hago porque viene acompañado de una certeza, de lo que miro, de lo
que escucho de lo que he platicado en estos 18 años de conversar en las
terapias y de lo que en estos 5 años el instituto ha logrado con tantas personas,
con tantas historias, con tantas vidas, pero sobre todo con la mía.
Hoy pensaba mientras salía un
paciente y entraba otro, que no sé si me hice psicóloga por ayudar a otros, porque
al final quien ha salido cien por ciento ayudada he sido yo. Porque con cada
historia, con cada persona algo ha pasado en mi y todo se mueve.
Ha sido un día muy cansado,
agotador, no he parado, pero lo mejor de todo ha sido esa pequeña luz de
Esperanza que surgió nuevamente, que me hizo recuperar la certeza de un sueño
que resultó del fruto de todos mis esfuerzos.
Pero como vivir con los
imprevistos… cómo vivir con ellos sin desfallecer… sin perder la Esperanza, sin
sentir que he fallado, y que todo está saliendo mal. Como aclarar mis ideas, sin sentir miedo,
como dar pasos firmes sin titubear, como dejar de dar tantas vueltas a mis
pensamientos que no paran en mi cabeza.
Solo puedo decir que hoy tengo
Esperanza.. por que late en mi la
posibilidad, porque la posibilidad es mi propia existencia, y estoy aquí,
intentando descubrir un sentido a todo imprevisto , porque un nuevo proyecto surgió
en mi cabeza, como resultado de este ejercicio que da voz a mi alma.
Ayer al despedirme de mi madre,
la abrasé como hace mucho tiempo no lo hacía y le dije que la amaba, como hace
mucho tiempo no se lo decía, y me dijo que me amaba, y es que en estos días la
siento tan cerca, la veo tan cansada, pero si hay algo que noto en ella todo el
tiempo es el temple, la fortaleza, la Esperanza… y de ese abrazo que me hizo
sentir nuevamente acogida, protegida, amada, salí feliz para amanecer justo hoy
con una nueva Esperanza…
Hasta Mañana…
ANTES DEL VIAJE. (EUGENIO MONTALE)
"Antes del viaje se escrutan los horarios,
los enlaces, las paradas,
las reservas (de habitaciones con baño o ducha, sencilla o doble, o mejor aún, un apartamento);
se consultan las guías de Hachette y las de los museos,
se cambian valores, se separan francos de escudos, rublos de kopecs;
antes del viaje se informa a algún amigo o pariente,
se revisan maletas y pasaportes, se completa lo necesario,
se adquiere un excedente de cuchillas de afeitar, eventualmente se echa una ojeada al testamento, pura superstición por que los desastres aéreos hoy so rarísimos;
antes del viaje se está tranquilo,
pero se sospecha que un sabio no se movería y que el placer del retorno pueda costar demasiado caro.
Después se parte y todo está OK, y todo sale bien y es inútil.
Y ahora, ¿qué será de mi viaje?
Demasiado cuidadosamente lo he estudiado,
sin saber nada de él. Un imprevisto es la única esperanza.
Pero me dicen que es una estupidez decírselo."
"Antes del viaje se escrutan los horarios,
los enlaces, las paradas,
las reservas (de habitaciones con baño o ducha, sencilla o doble, o mejor aún, un apartamento);
se consultan las guías de Hachette y las de los museos,
se cambian valores, se separan francos de escudos, rublos de kopecs;
antes del viaje se informa a algún amigo o pariente,
se revisan maletas y pasaportes, se completa lo necesario,
se adquiere un excedente de cuchillas de afeitar, eventualmente se echa una ojeada al testamento, pura superstición por que los desastres aéreos hoy so rarísimos;
antes del viaje se está tranquilo,
pero se sospecha que un sabio no se movería y que el placer del retorno pueda costar demasiado caro.
Después se parte y todo está OK, y todo sale bien y es inútil.
Y ahora, ¿qué será de mi viaje?
Demasiado cuidadosamente lo he estudiado,
sin saber nada de él. Un imprevisto es la única esperanza.
Pero me dicen que es una estupidez decírselo."
Mi esposo José y mi pequeña sofia en nuestras primeras vacaciones en familia. Aqui en Izamal en el hotel Macan Ché en el 2006. |
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2 comentarios:
La esperanza es lo último que se pierde. Es como un "medicamento de por vida"
Marisa.
Yo si tuve que renunciar a mis sueños profesionales..... Admiro tu valentía de luete ah ayudado más a tí en el camino vas dejando huella de cada spersonita que llega a tí .......
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