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jueves, 25 de enero de 2007

"México no es la suma de todos los esfuerzos" (El problema de la Violencia)

Por:Mariluz Barrera González

En México vivimos una época donde tecnológicamente hemos alcanzado avances inimaginables, pero como sociedad todavía no hemos podido resolver muchos problemas graves, como lo es la violencia.
Platicando con una joven cuya familia sufre de violencia, le preguntaba: ¿Qué es lo peor de vivir con violencia? A lo que ella contestó: “Cuando vives con violencia definitivamente te vuelves agresivo; mi padre no ha entendido el dolor que causa en nuestras vidas”. Comprendí que las consecuencias más graves de lo que había vivido eran sentimientos de soledad y desamparo, pues al mirar su realidad se daba cuenta de que la agresión se volvió un estilo de vida, convirtiéndose en la única opción para seguir adelante.
La lucha contra la violencia tanto en las familias como en diversos ambientes de nuestro país es imposible, pues desgraciadamente aquellos que tienen el poder de acabar con ella y de hacer llegar el mensaje auténtico de bienestar y soberanía no han entendido lo que significa y mucho menos el deber y la responsabilidad que tienen ante millones de mexicanos. Así la convierten poco a poco en una forma natural de convivencia.
La violencia es cualquier acto que atenta contra los derechos, la libertad, la voluntad y la integridad física y emocional de las personas. Vivimos rodeados de una serie de situaciones y fenómenos violentos y los hemos asumido como una característica propia de nuestra cultura: sitiar una ciudad, descalificar, impedir el acceso a las instituciones, destruir patrimonios públicos y privados, infringir y desvirtuar las leyes.
La violencia es generada por el deseo de poder a toda costa. El agresor tiene baja autoestima, pobre control de impulsos, fuerte tendencia a confundir sus suposiciones con la realidad; su objetivo es emplear un recurso que le permita instaurar o mantener el poder y control. El agresor tiende a eludir su responsabilidad acusando a otros de causar el problema.

Aquella joven, Ana, y su familia, como muchas más, viven en constante sufrimiento, pero el dolor más grande es el darse cuenta de que no sólo viven en familias violentas, sino en un país donde los que representan el bien común —diputados, senadores y servidores públicos— no saben distinguir la violencia y sus repercusiones y no representan el deseo y la necesidad del pueblo sino sus deseos de mantener el poder y el control, provocando en los ciudadanos un sentimiento de soledad y desamparo ante una realidad que se vuelve incierta y en donde al parecer México no es la suma de todos los esfuerzos. — San Francisco de Campeche, Campeche.

(Publicado en el Diario de Yucatán el 12/16/2006)

mariluz_mariluz@hotmail.com
http://www.mbgenvozalta.blogspot.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es como qué fue primero, el huevo o la gallina...

La violencia se acaba con la educación, pero sin educación hay violencia... Cómo educar a alguien si no es por la violencia?

Vaya que México es retrógrado.

Mariluz Barrera González dijo...

Me has hecho pensar con tu comentario, mil gracias por la visita.
Me he dado una vuelta por tu blog y ha sido toda una experiencia.

Tienes toda la razón en nuestro país no tenemos la opción de acabar con lo que se debe por que ya nada esta como debería.

Y efectivamente es un país retrógrado.

Saludos.