"No lo que tenemos
sino lo que disfrutamos es lo que constituye la abundancia" - John Petit-Senn
"¿Y es eso lo que ustedes llaman “vivir”? ¿Ustedes, enamorados de la
“vida intensa”, aduladores del “progreso”, todos ustedes, los que
empujan las ruedas del carro de la “civilización”? Yo llamo a eso
vegetar. Lo llamo morir." Emile
Armand
Hoy es el día 29, a casi un mes de haber iniciado esta
aventura y hoy he querido tocar un tema que honestamente me mantiene confundida
en muchas ocasiones.
Mucho se habla de la abundancia, del éxito y de la famosa
ley de la atracción, hay muchas cosas con respecto a nuestra energía, al poder
de nuestros pensamientos y a la forma en que nos conectamos con las cosas, pero
si tuviera que describir los momentos de mayor abundancia económica en mi vida, no logro identificar el
sentimiento más positivo de conexión que pude llegar a tener en ese momento con
el dinero porque la realidad es que si lo analizo perfectamente fueron los
momentos de mayor presión para mi, en donde descuidé cosas realmente
importantes, y en donde puse en juego mi salud y el bienestar emocional de mi
familia.
Hoy pensaba que tal vez lo que se me juega en contra en
estos momentos es justo la sensación de bienestar y libertad que sentí en estos
días de carestía económica, he sentido mucha paz y tranquilidad algo que había
perdido y que me desesperaba terriblemente, pero nuevamente caemos en ese
círculo en el que nos mantienen presos, encerrados, en donde hay cuentas que
pagar, cosas que puedo perder como mi casa, o hasta la percepción que puedo
tener hacia mi misma de ser o no una persona exitosa en la vida.
Hay críticas enormes acerca de la tan famosa psicología
positiva, y esas corrientes que bombardean el positivismo como un estilo de
vida y una forma de estar en el mundo, hay un libro hermosísimo que me ha
encantado de una mujer que tiene cáncer y que hace una crítica muy válida de lo
que implica para una persona con una enfermedad crónica o terminal tener que
estar sintiendo que todo tiene que ser bonito y
bello porque además de eso depende que esté o no bien de salud.
Y si vamos al trasfondo de todo lo positivo que se ha
inyectado en nuestra generación para la búsqueda de lo material, hablamos de
que fuimos incubados en un sistema capitalista cuya mayor preocupación y pretensión
es “la producción”, cuanto producimos para que este se pueda sostener, y como
dentro de este terrible sistema hemos pasado de ser personas con necesidades
humanas, a ser máquinas productoras de dinero que necesitan cosas materiales
para poder considerar que poseemos una buena calidad de vida.
Una de las criticas mas grandes a estas corrientes está en
la postura de que todo, éxito o fracaso dependen totalmente de ti, y es justo
crear una generación de emprendedores autosuficientes que en el fondo quita
total responsabilidad al sistema, al menos la parte que le corresponde y
encontrar el punto medio es bastante complicado, para no pasar de ser un total
dependiente de un sistema que te utiliza, o un independiente emprendedor que de
todos modos vive exprimido sosteniendo la otra parte que le conviene por que
los dependientes no hacen mucho por producir.
Total que este tema es bastante cansado en estos días, y en
muchas ocasiones muy frustrante, al menos en lo personal, porque no creo que la
gran mayoría nos sintamos con estas crisis existenciales
porque ya encerrados presos de estos discursos que nos han manejado como la verdad, es increíble que pocos nos sentemos a hacernos estas valiosas preguntas.
porque ya encerrados presos de estos discursos que nos han manejado como la verdad, es increíble que pocos nos sentemos a hacernos estas valiosas preguntas.
Tal vez la vida me ha llevado justo a este punto por el tipo
de trabajo que manejo, con todas las historias que veo a diario, de cómo al
final intentar ayudar a las familias a encontrar este famoso equilibrio en
medio de nubes de algodón es bastante irreal, cuando se la pasan descuidando
las necesidades esenciales de afecto, atención y tiempo con sus hijos,
invirtiendo el tiempo en un trabajo o una empresa para acumular y después consumir,
pero al final como le digo a José, todo ese dinero terminará invertido en el
futuro en una clínica de rehabilitación para sus hijos o en solventar todo lo
que pudieran de alguna forma vivir como consecuencias. Y es cuando hago estas reflexiones cuando
llego al punto si en mi conexión emocional con el dinero como dicen los gurús
de la generación exitosa y emprendedora es cuando me separo inconscientemente
de lo bueno o malo que pueda yo percibir de lo que implica la abundancia
económica.
Es un buen punto, porque en mi familia el bienestar
económico era síntoma de superación, de que eras una excelente persona, porque
había sido el fruto de tu esfuerzo, a mí y a José nos toco ver a nuestros
padres superarse, de familias humildes en donde mi padre y mi madre por ejemplo
fueron los únicos de sus familias en tener una profesión, y mi suegro que nació
en una familia igual humilde y él fue el que se pagó sus propia carrera para
llegar a ser un médico de profesión. Los hermanos de mi mamá a pesar de no
tener estudios fueron “emprendedores” si tuviéramos que llamarlos de alguna manera,
todos tienen algún negocio y toda su vida han vivido de ello, los abuelos de
José han vivido toda la vida de una mercería y el dice que recuerda a su abuelo
en múltiples negocios, pero ahí podíamos encontrar que tu esfuerzo siempre
sería recompensando, y en estos momentos yo muchas veces lo dudo.
Pero si los miro en profundidad pudieron en el camino también
haber perdido cosas importantes, mi padre en cambio no fue muy afecto al
dinero, definitivamente nunca fue su fin, siempre fue un medio, y hasta el día
de su muerte su vehículo siempre fue un volchito, con el que se sentía feliz y
satisfecho, y en los momentos de abundancia, lo que hizo era compartir y ayudar
a todo el que se lo pidiera, al grado de morir sin un centavo, eso sí con la preocupación
de que no tenía ni un céntimo para dejar segura a mi madre o para vivir
tranquilamente sus últimos días. A veces siento que para muchas personas mis
hermanas y yo somos unas fracasadas, porque no hemos alcanzado ese éxito que
algunas personas de mi familia pudieron lograr y atesorar.
En Campeche la gran mayoría de la abundancia económica la
tienen las familias que viven del gobierno, es la gran empresa de la que todos
quieren vivir y comer, y gracias a eso, en estos tres últimos meses Campeche no
tuvo absolutamente nada de crecimiento económico, y ahí tal vez esté la
respuesta de que mi empresa esté como esté; este año José me preguntaba cual
era la desesperación de la gente por irse de vacaciones, por pagar un hotel en
la Riviera maya, que él tenía la idea de que eso antes no pasaba, y le
contestaba que justo ese es el ritmo del capitalismo, pierdes la vida 11 meses
del año, en donde la indiferencia hacia lo esencial está presente para que
vivas la ilusión de recuperar la vida en una semana, justo como le decía a los
jóvenes el día de la conferencia, estamos en la escuela como los adultos en el
trabajo esperando que suene la campana para salir y empezar la vida, o jalando
el fin de semana para esperar hasta el sábado para empezar a vivir, como si
todas esas horas invertidas, y todo ese tiempo perdido, no fuera vida.
Es curioso muchos critican a la “religión” como el opio del
mundo, como la forma de lograr el control de las masas y la resignación y aceptación,
pero la verdad es que actualmente la gran “religión de los tiempos es el capitalismo”.
En fin que actualmente el sinónimo de abundancia no tiene
nada que ver con el que vivieron nuestros abuelos y muchos de nuestros padres, también
se ha convertido en una carrera que todos tenemos que alcanzar y
que peor aún depende totalmente de nuestro esfuerzo y de nuestra actitud, y eso a mí la verdad me termina causando más frustración que satisfacción. Me queda muy claro que me he esforzado lo suficiente en estos 18 años, que llevo 28 días de actitud extremadamente positiva pero si miro de reojo a mi alrededor la abundancia económica de muchos de los que me rodean no son ni fruto de su esfuerzo ni mucho menos de “todo lo que dan es lo que reciben”, porque ha sido fruto de alguna actitud corrupta, de robar el dinero de otro o peor de sacrificar a sus hijos, su salud y su bienestar emocional y espiritual.
que peor aún depende totalmente de nuestro esfuerzo y de nuestra actitud, y eso a mí la verdad me termina causando más frustración que satisfacción. Me queda muy claro que me he esforzado lo suficiente en estos 18 años, que llevo 28 días de actitud extremadamente positiva pero si miro de reojo a mi alrededor la abundancia económica de muchos de los que me rodean no son ni fruto de su esfuerzo ni mucho menos de “todo lo que dan es lo que reciben”, porque ha sido fruto de alguna actitud corrupta, de robar el dinero de otro o peor de sacrificar a sus hijos, su salud y su bienestar emocional y espiritual.
Tal vez sí tengo una mala conexión emocional con el dinero,
o mi error está en querer tener una buena conexión cuando es difícil lograr
ambas cosas, hay una frase de la biblia que creo es más profunda de lo que
muchos han contemplado en la superficialidad, “…Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad.
Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad! Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará
al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a
las riquezas.”
No sé si realmente logre alcanzar el
equilibrio, no quiero dedicar tiempo a amasar una fortuna para después ya no
tener ni tiempo ni salud para disfrutarla, a veces me duele ver que mis hijos
se esfuercen tanto para que al final terminen dándose cuenta que eso no es
suficiente, tampoco quiero sentir que soy una fracasada, también es verdad que
elegí el camino más difícil, mantener las convicciones, los ideales y querer además
tener bienestar económico tal vez sea demasiada pretensión en estos días, porque
al final pareciera que a nadie le incomoda sacrificar algo de todo eso, para
tener un poco de todo lo demás, tal vez no me conformo con poco, al menos en lo
emocional, y a veces entiendo a la gente muy espiritual que termina viviendo
totalmente desconectada de lo material, porque eso sí que es la mejor
construcción que el mundo actual ha hecho de lo que supuestamente “necesitamos”
y no estoy tan segura de que sea al menos así como nos lo han pintado.
Sería genial que como todo en la vida de
lo que nos quejamos por que nos fue impuesto, nos cuestionáramos si estas ideas
preconcebidas del éxito y la felicidad en la abundancia también han sido
impuestas y hasta de ellas nos tenemos que librar, y no hablo de resignación y mucho
menos de mediocridad, porque si hay alguien que se ha esforzado soy yo y estoy
consciente de ello, pero mi esfuerzo va mas allá, mis logros no solo son para
poder irme de vacaciones, y viajar a París que es uno de mis deseos, cada
esfuerzo lleva consigo algo más profundo, que implica lo que deja en mi como
persona, y no quiero por alcanzar una perder la otra, mis logros van hacia el
sueño de un mundo mejor, de una vida mejor, de ser mucho, mucho mejor… pero cada
día soy consciente que en este sistema si quieres ir por el camino del esfuerzo
y de la lucha no es así como lo obtendrás, porque no está construido para ello,
porque sus fines no son los “humanos”, sino los “materiales”, pero todos, la
gran mayoría hemos caído redonditos en este juego sin fin.
Igualmente acepto todas las emociones de
dolor, tristeza y frustración que la situación actual me hacen sentir, y a
diferencia de este mundo posmoderno también muy conveniente para el capitalismo
en donde “la realidad es la que te construyes”, como si la pobreza, el hambre,
la injusticia, la corrupción, no existieran y solo fueran simples ideas que nos
planteamos al despertar, yo si creo en la realidad, y creo que mi esfuerzo hará
cambiar las cosas, pero también debe de estar inmerso en un ambiente que lo propicie,
y que lo refuerce, porque mis pensamientos positivos no darán de comer a mis
hijos, y tampoco me harán pagar el recibo de la luz, ni tampoco volverán más
aptos ni capaces a los políticos y las autoridades de Campeche, y por ello me
resisto a formar parte de esa masa en la que nos han convertido y a la que nos
pretenden arrastrar.
Seguiré en la lucha, y seguiré
esforzándome pero jamás cambiaré la sonrisa y la tranquilidad de mis hijos, por
algo más, porque son esos padres que lo han hecho, esas familias que siguen
creyendo que se pueden ambas cosas las que llegan a mi consultorio, y soy yo,
la psicóloga idealista con convicciones difíciles de quebrantar, la que al
final les podrá ayudar…
Hasta mañana…
Les dejo el link de un pequeño video muy bueno, de la escritora Barbara Ehrenreich - Sonríe o muere, con una crítica excelente sobre los riesgos del pensamiento positivo y de lo peligroso que se puede volver como una forma de control.
Y les comparto este video que me encanta... por que estamos encerrados en la ideología del famoso cambio., de ir a la acción para cambiar al mundo, pero nadie lo hace después de pensar, después de cuestionarse, y ya es tiempo de PENSAR!!!!
ARTICULO: ¿Y ESO ES LO QUE USTEDES LLAMAN VIVIR?
1 comentario:
Hola mariluz, q situaciones tan dificiles , t admiro xq apesar de q sients q tiras la toalla no la dejas eres muy VALIENTE Y UNA GURERRERA!!! Tkm
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