DIA 54 - SACRIFICIO

“Para mí, una crisis interior es siempre un signo de salud.” Andrei Trakovsky

«He hecho las películas que he hecho porque no puedo actuar de otra forma. Soy el que soy. Es una cuestión de honestidad: honestidad ante los hombres y honestidad, sobre todo, delante de Dios.»

Es curioso como funciona el internet, me fascina la forma en que todo se conecta y abro un link como si abriera una puerta, y de ahí salto a otra puerta, y a otra, y a otra que me lleva justo a algo increíble que tiene que ver conmigo.

Ayer buscando en los videos de youtube la versión de Povera Voce que encontré para enseñarle a José, descubrí otra versión bellísima, en donde usaron como fondo el fragmento de lo que me pareció una película, y me puse a investigar.  El fragmento fue de lo mas significativo, y que justo en estos momentos me refleja en lo personal algo muy directo hacia lo que estoy sintiendo.

Buscando di con la Película que tengo mas que apuntada para ver, se llama IL SACRIFICIO del Director Andre Trakovsky, y para no variar me he desvelado leyendo sobre este hombre con el que me identifico enormemente.

Sería mucha pretensión externar que puedo comprenderlo, no creo, por que la realidad es que ni yo misma puedo comprenderme la gran mayoría de las veces, y es que la vida, el hombre como lo describe Traskovsky en esta búsqueda incansable hacia lo eterno jamás podrá ser satisfecho por nada de lo que le ofrece el mundo, porque está hecho para el infinito, y es justo así que lo siento en todo lo que hago, en todo lo que miro y en todo lo que me ocasiona un conflicto, en todo lo que me provoca a seguir sintiendo, a seguir pensando, a continuar…

Es irónico que en la actualidad se hable tanto de adaptación,  y de felicidad reduciéndolo todo a una cuestión de actitud, cuando la realidad es que es algo mas profundo, algo mucho mas grande, primero nos inyectan el deseo y la necesidad de lo material, de todo lo que la gente desesperada desea adquirir y comprar para sentirse bien, y de ahí pasamos ahora a todas las grandes promesas sobre el encuentro de ser feliz porque según nos dicen está siempre a la vuelta de la esquina, pero solo unos pocos al parecer, no logran callar ese grito desesperado de su interior que exige algo mas, que como exigencia busca, y busca hasta hallar lo que realmente le corresponde y no se deja engatusar por todo lo banal y superfluo que pretende plantear el mundo actual.

Y es que en medio de estas crisis que me llegan, está siempre presente el conflicto por lo que dicen que al final es el síntoma de la adaptación, pero es increíble, hasta el amigo más profundo que he tenido que según yo lo comprende, al final también está adaptado (alienado), y su vida continua como si nada pasara a su alrededor, o al menos justo dentro de él.  Y me encanta navegar en la red y encontrar seres que han vivido en estas crisis que no los dejan en paz, que los mueven, y los llevan a seguir, porque es la única forma posible que hasta ahora se me ocurre desde mi intuición más humana que me llevará a algún lugar.

A veces me pregunto que pensarán mis hijos de mi, de mis constantes crisis, no sé lo que es crecer con una madre o un padre que atraviese por instantes como estos, en donde sus estados de ánimo, su fragilidad y sus cuestionamientos lo lleven por un camino en donde al final todos terminamos acompañándolo.

De algo estoy más que segura, mis hijos son en mucho, también como yo, introspectivos, profundos, más allá de lo superficial, y ni que decir de José, que somos algo totalmente fuera de lo normal si así lo tuviésemos que definir, en términos de lo que todos conocemos.

Anoche igual me desvelé intentando armar los talleres de Filosofía para niños que daré próximamente en el instituto, inspirados totalmente en lo que ha sucedido en estas últimas semanas con los papás y los niños que acudieron a ese hermosísimo taller que terminó el viernes; y por supuestos intentando reorganizar el taller de Ágora, Educando la razón y el Corazón, que retomaré de nuevo y que les confieso me entusiasma muchísimo.  Asi mismo hay un taller que haré con todo mi corazón puesto ya que es una sugerencia de mi pequeña Sofía y estará inspirado en su libro favorito MOMO.

Que como verán la Filosofía será la vertiente más fuerte de lo que trabajaré en Hypatia, porque es por ahí donde yo he encontrado mucho de lo que creía perdido y cuando estoy con las personas en el instituto, cuando escucho sus problemas, sus crisis, no puedo dejar de pensar y de sentir que la filosofía puede abrir grandes caminos y conectarnos de una manera mucho más directa y humana.

Igual pensaba en el papel tan intenso que juega mi cuestión de salud en todo esto, y de cómo la enfermedad se ha convertido en parte de esta crisis, que mas que un síntoma de que algo no anda bien, como dice Trakovsky en mi caso se ha convertido en un síntoma de la mejor salud que pudiera yo en mucho tiempo tener, por el nivel de reflexiones a las que me ha llevado, por la capacidad que he ido afinando de poder mirar, de ser mas introspectiva, de plantearme preguntas esenciales y de cómo voy deshaciéndome cada vez mas de toda la basura que llegó a impregnarme.

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Y es tal vez que ahora que las crisis existenciales están en mi a la orden del día, es cuando mas pudiera considerar que gozo de la mejor salud espiritual que jamás pude tener.

Un dia despierto y la vida me habla de algo, otro día despierto y la vida me seguirá hablando de lo mismo o tal vez de algo muy diferente, pero todo, todo al final está totalmente conectado.

Por lo pronto seguiré como el protagonista de Trakosvky, en donde se nos propone una metáfora extraordinaria sobre la relación entre la libertad personal y las consecuencias para los demás de nuestra entrega. Citando a Hamlet dirá que basta ya de charlatanería; es necesario hacer algo. Y eso es lo que hará el protagonista: una súplica que conllevará un sacrificio personal con consecuencias para toda la humanidad aunque ésta ni lo perciba como acción directa suya ni lo reconozca.

La primera escena representa el motor argumental de la historia, con esa escena: vemos a Alexander (el protagonista) y su hijo en la playa plantando un árbol seco. El hijo, el “hombrecito”, apuntala el árbol con piedras junto a su padre. No habla, pues ha sido sometido a una operación de garganta que le hace permanecer mudo hasta el final de la película. Alexander recuerda la leyenda de un monje ruso, el staret Pamva, que pidió a un hombre llamado Iván Kolov que regara un árbol seco durante años hasta que el árbol floreció. Esta escena refleja la situación espiritual en que se encuentra el escéptico Alexander, incapaz de pedir ayuda a Dios, pero curioso acerca de los poderes espirituales. Quiere creer que cualquier ritual, por simple que sea, si sigue un método puede obrar milagros en el espíritu de quien lo ejecuta.  Al final les comparto el video de la escena final, cuando ya no está Alexander y su pequeño hijo continúa regando el árbol seco, y se acuesta a la sombra con la seguridad de que florecerá.

Y así, como el pequeño hombrecito, el hijo de Alexander seguiré regando esta alma mía, con todos estos hermosos proyectos en el instituto, que tal vez parecieran no estar cambiando nada, parecieran estar pasando desapercibidos para el mundo entero, pero para cada una de esas personitas, de esos niños que llegan conmigo, y que llevan detrás de si a sus papás llenos de dudas, de miedos y de heridas por sanar, tal vez si signifique, y mucho, y tal vez el árbol seco florezca y logre no solo en mi si no en todos ellos dar algún fruto que signifique que a pesar de todo, algo está cambiando… por que algo estoy haciendo…

Hasta mañana…

POBRE VOZ

Muy pobre voz de un hombre que no es tal
Es nuestra voz si no tiene un por que

Debe gitar, debe implorar
Que el aliento de la vida no tenga fin

Después debe cantar por que la vida esta
Toda la vida busca la eternidad

No puede morir, no puede acabarse
Esta mi voz que la vida pide al amor

No es pobre voz de un hombre que no es tal
Ahora mi voz canta con un por que.