Por:Mariluz Barrera González
Llamaron mi atención las noticias policíacas de los diarios locales en diciembre de 2006, primero, la del día 7, un niño de 10 años se quitó la vida ahorcándose en el ejido el Naranjo de Candelaria, luego, la del 13, un hombre de 49 años, y por último, la del 31, en la población de Escárcega un joven de 26 años decide acabar con su vida al parecer por problemas laborales y familiares.
Los suicidios en 2006 fueron 59: en promedio, cinco personas al mes se quitaron la vida, dos más que en 2005, sumando, según las noticias, seis los menores muertos de esa manera.
Es triste iniciar el año con una nota referente a la pérdida del sentido de la vida, pero es importante hacer un llamado urgente a las autoridades para que se ocupen de forma seria y comprometida de una situación en la que la edad ya no es un factor determinante.
El suicidio es un problema de salud pública y, de acuerdo con las estadísticas, ocupa la tercera causa de muerte en el país entre las personas de 15 a 35 años, y se sitúa a Campeche dentro de los cinco primeros estados en el país por casos de suicidio.
Con investigaciones se han intentado averiguar las razones que motivan a una persona a quitarse la vida, y se encontró respuesta en el diagnóstico de la depresión tratando de prevenirlo principalmente con medicamentos. Sin embargo, el suicidio es un síntoma evidente de que nuestra sociedad experimenta de forma constante sentimientos de desamparo, soledad y desesperación, y aun los menores, que se cree no se dan cuenta de nada, al parecer se fijan de todo.
Personas que han intentado suicidarse declaran que es insoportable sobrellevar la sensación de no tener la solución en sus manos. Desgraciadamente, los que tienen en sus manos el poder de resolver las situaciones más difíciles que atraviesa la población parecen no ponerse de acuerdo para determinar cuáles son las prioridades de la gente, y envían con sus acciones mensajes de desinterés, lo que contribuye a construir una cultura de indiferencia ante el dolor y las necesidades de los demás.
¡Esto hace que sea casi imposible solucionar los problemas que se presentan en el país! Como resultado, la mayoría considera resolver su situación de forma particular, sin tomar en cuenta a los demás, y se olvida de que lo que realiza cada uno de nosotros en su pequeño entorno tratando de sacar provecho o ignorando alguna situación que perjudique a alguien nos afecta a todos. Así funciona una sociedad.Estar ciegos y sordos al dolor y a la tristeza destruye nuestra humanidad, lo que nos hace personas que caminan sin mirarse, sin sentirse, en un lugar donde gritar y levantar la voz no es suficiente, y es la muerte de los que se han fatigado el grito más silencioso y al parecer menos escuchado.— San Francisco de Campeche, Campeche.
(Publicado en el Diario de Yucatán el 1/18/2007)
mariluz_mariluz@hotmail.com
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Tags Blogalaxia: Suicidio Salud+Pública Depresión Soledad Humanidad Campeche
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Para saber de Mariluz
jueves, 25 de enero de 2007
"El suicidio, un grito silencioso"
Etiquetas:
Campeche,
Depresión,
Humanidad,
salud pública,
Suicidio
Psicóloga con maestría en Filosofía por la Anahuac Mayab, con Certificación Internacional en Prácticas Colaborativas. Autora del libro autobiográfico: "El gato de Alicia, una sonrisa sin gato". Directora y Fundadora del Instituto Hypatia y de la Biblioteca y Sala de Lectura El Gato de Alicia. Consultora Filosófica y Terapeuta Existencial, disfruta el trabajo de Filosofía y Teología con Niños y adolescentes, sobreviviente de Lupus, esposa, madre homeschooler, bloguera, columnista, ciclista y amante de los gatos y la teología.
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3 comentarios:
Jajaja, si yo siempre he dicho que es malo darle prozac a los deprimidos... Porque así se ponen felices y tienen más ánimos de suicidarse.
Efectivamente tienes toda la razón, la etapa mas peligrosa de una depresión es cuando la persona recobra las fuerzas, por que el veradero suicida no desiste de su deseo, lo único que necesita es energía; es cuando hay que tener mas cuidado.
Un beso.
Es difícil escribir sobre el tema de suicidio, después de ese grito extremo viene el silencio total, interesante esta entrada gracias por la visita a mi blog te seguiré el tuyo saludos a Campeche donde pro cierto tengo mucha familia.
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